En este pasaje, se recuerda a los apóstoles su misión divina de difundir el mensaje de Jesucristo. Se les encomienda predicar y testificar sobre Jesús, quien ha sido designado por Dios como el juez de toda la humanidad. Este papel de Jesús como juez significa su autoridad y el cumplimiento del plan de salvación de Dios. Los apóstoles no solo comparten historias; son testigos de la verdad de la vida, muerte y resurrección de Jesús. Su testimonio es crucial para la difusión de la fe cristiana y para asegurar que todas las personas tengan la oportunidad de conocer la gracia salvadora de Jesús.
La mención de Jesús como juez de los vivos y los muertos resalta la naturaleza integral de su autoridad. Asegura a los creyentes que el juicio de Jesús es justo y abarca a todos, independientemente de su estatus en vida o en muerte. Este aspecto universal del papel de Jesús anima a los cristianos a vivir de acuerdo con sus enseñanzas, sabiendo que son responsables ante Él. El versículo llama a una fe activa, una que implique compartir el mensaje transformador de Jesús con los demás, reflejando el compromiso de la iglesia primitiva con la evangelización y la difusión del evangelio.