Cornelio, un centurión romano conocido por su fe devota y generosidad, recibe una visión a las tres de la tarde, un momento a menudo asociado con la oración. En esta visión, un ángel de Dios se le aparece, llamándolo por su nombre. Este encuentro es significativo, ya que representa una intervención divina que rompe barreras culturales y religiosas. Cornelio, un gentil, es elegido por Dios para desempeñar un papel crucial en la expansión de la Iglesia primitiva más allá de las fronteras judías. El mensaje del ángel a Cornelio significa que Dios reconoce y valora la fe y devoción de todas las personas, no solo de aquellos dentro de la comunidad judía tradicional.
Esta visión es un precursor del encuentro entre Cornelio y Pedro, que enfatizará aún más la universalidad del Evangelio. Subraya el tema de la imparcialidad de Dios y la eliminación de las divisiones entre diferentes pueblos. La visión de Cornelio es un recordatorio de la presencia activa de Dios en el mundo, guiando y dirigiendo a Sus seguidores para cumplir Su propósito mayor de difundir amor y salvación a todas las naciones.