En la sociedad israelita antigua, la línea de descendencia y la afiliación tribal eran de gran importancia. Este versículo proporciona un registro genealógico de los descendientes de Rubén, el primogénito de Jacob, también conocido como Israel. Los descendientes de Rubén se enumeran por sus clanes, que llevan el nombre de sus hijos, Hanoc y Palu. Cada clan desempeñaba un papel significativo en la estructura social y religiosa de la comunidad israelita.
Estos registros eran vitales por varias razones: ayudaban a mantener los derechos de herencia dentro de las tribus, aseguraban una organización adecuada durante el viaje de los israelitas por el desierto y preservaban la identidad y herencia de cada tribu. La mención de Rubén como el primogénito subraya su prominencia inicial, aunque sus acciones posteriores afectaron su posición. Este detalle genealógico es parte de un censo más amplio que Moisés realizó para preparar a los israelitas para entrar en la Tierra Prometida, destacando la importancia del orden y la preparación en el cumplimiento de las promesas de Dios.