En este momento, Jesús habla directamente a sus discípulos, instándolos a prestar atención al mensaje crucial que está a punto de compartir. Se refiere a sí mismo como el 'Hijo del Hombre', un título que lo conecta con las visiones proféticas del Antiguo Testamento, especialmente en el libro de Daniel, donde el Hijo del Hombre es una figura de autoridad y gloria divina. Sin embargo, Jesús revela una verdad paradójica: esta figura exaltada será entregada en manos de hombres, lo que indica su próxima traición y crucifixión.
Esta declaración no es solo una predicción, sino un momento de enseñanza profundo. Jesús está preparando a sus discípulos para la realidad de su misión, que implica sufrimiento y sacrificio. Es un llamado para que comprendan la necesidad de su muerte para la redención de la humanidad. La frase 'entregado en manos de hombres' simboliza el rechazo humano y el plan divino que actúa a través de ello. Este pasaje invita a los creyentes a contemplar el misterio del amor de Dios y el propósito del sufrimiento de Jesús, fomentando una fe y confianza más profundas en el plan redentor de Dios.