En este diálogo, Jesús habla con Simón el fariseo durante una cena en la casa de Simón. Jesús cuenta una parábola sobre dos personas que debían dinero a un prestamista: una debía una suma grande y la otra una cantidad menor. Cuando ninguno pudo pagar, el prestamista perdonó ambas deudas. Jesús le pregunta a Simón quién de los deudores amaría más al prestamista, y Simón responde correctamente que sería el que tenía la deuda más grande perdonada.
Esta parábola sirve como una poderosa ilustración de la naturaleza del perdón y la gratitud. Jesús enseña que aquellos que son perdonados mucho, aman mucho. Subraya la idea de que reconocer la profundidad de nuestro propio pecado y la grandeza del perdón de Dios conduce a un profundo sentido de amor y gratitud. Esta lección no es solo para Simón, sino para todos los que escuchan la historia, animándolos a reflexionar sobre sus propias vidas y la gracia que han recibido. También desafía a las personas a extender la misma gracia y perdón a los demás, fomentando una comunidad de amor y comprensión.