El propiciatorio, o asiento de la misericordia, era un elemento central del Arca de la Alianza, que se encontraba en el Lugar Santísimo del tabernáculo. Hecho de oro puro, sus dimensiones eran de dos codos y medio de largo y un codo y medio de ancho, reflejando la precisión y el cuidado en su creación. Este propiciatorio no era simplemente una tapa, sino un espacio sagrado donde se creía que habitaba la presencia de Dios. En el Día de la Expiación, el sumo sacerdote entraba en el Lugar Santísimo y rociaba la sangre de un animal sacrificado sobre el propiciatorio, simbolizando la expiación por los pecados del pueblo.
Este ritual enfatizaba la santidad de Dios y la necesidad de purificación y reconciliación. El propiciatorio servía como un precursor del acto supremo de expiación a través de Jesucristo, cuyo sacrificio en la cruz proporcionó un camino para que todas las personas se reconciliaran con Dios. Así, el asiento de la misericordia representa tanto la justicia como la misericordia de Dios, recordando a los creyentes la importancia de buscar el perdón y mantener una relación con lo divino.