La cena de Pascua es un evento central en la historia del éxodo de los israelitas de Egipto. En la noche anterior a su partida, Dios les instruyó a preparar una comida que se convertiría en una ordenanza perdurable. El cordero, asado al fuego, representa el sacrificio necesario para su liberación. Las hierbas amargas son un recordatorio conmovedor de la dureza y el sufrimiento que experimentaron bajo la esclavitud egipcia. Comer estas hierbas es una forma de recordar y reconocer el dolor del pasado.
El pan sin levadura, hecho sin levadura, simboliza la prisa con la que tuvieron que abandonar Egipto. No había tiempo para dejar que el pan fermentara, por lo que el pan sin levadura se convirtió en un alimento básico de la cena de Pascua. Esta comida no solo se trata de recordar el pasado, sino también de celebrar la intervención y liberación de Dios. Para los cristianos, puede servir como un recordatorio de la liberación definitiva a través de Jesucristo, quien a menudo es referido como el Cordero de Dios. Anima a los creyentes a reflexionar sobre sus propias vidas, los desafíos que enfrentan y las maneras en que Dios proporciona liberación y esperanza.