La descripción de la Nueva Jerusalén en el libro de Apocalipsis incluye la medida de su muralla, destacando su impresionante y divina naturaleza. El ángel utiliza medidas humanas, lo que hace que la ciudad celestial sea comprensible para nosotros, cerrando la brecha entre lo divino y lo terrenal. El grosor de la muralla, de 144 codos, es significativo, ya que representa la completud y la perfección, a menudo asociada con el número 12 en términos bíblicos (12 tribus de Israel y 12 apóstoles). Esta medida enfatiza el orden divino de la ciudad y la meticulosa planificación de Dios.
La considerable grosor de la muralla simboliza seguridad y protección, asegurando a los creyentes la seguridad y estabilidad que se encuentran en el reino eterno de Dios. Representa la naturaleza impenetrable de las promesas de Dios y el cumplimiento final de Su plan para la humanidad. Esta visión ofrece esperanza y aliento, recordando a los cristianos la firmeza del amor de Dios y la certeza de Su reinado eterno. Invita a los creyentes a confiar en el orden divino y la protección que Dios proporciona, reforzando la certeza de un futuro donde la presencia de Dios se realiza plenamente.