La referencia a los dos olivos y los dos candeleros en este versículo es profundamente simbólica, inspirada en imágenes del libro de Zacarías. Los olivos están frecuentemente asociados con la paz, la prosperidad y la unción del Espíritu Santo, ya que el aceite de oliva se utilizaba para ungir en tiempos bíblicos. Por otro lado, los candeleros son símbolos de luz, guía y la presencia de Dios. En el contexto del Apocalipsis, estos dos testigos son empoderados por Dios para cumplir su misión en la tierra, presentándose ante el Señor como Sus representantes.
La idea de estar de pie ante el Señor de la tierra sugiere una posición de autoridad y un comisionamiento divino. Estos testigos no actúan por su cuenta, sino que son enviados por Dios para testificar Su verdad y justicia. Esta imagen sirve como un recordatorio para los creyentes sobre la importancia de ser testigos fieles en sus propias vidas, confiando en la provisión y el empoderamiento de Dios. Subraya el tema de la protección y el apoyo divinos para aquellos que son llamados a servir y testificar, animando a los cristianos a mantenerse firmes en su fe a pesar de los desafíos.