Juan se presenta como un hermano y compañero de sus lectores, destacando la experiencia compartida del sufrimiento y la esperanza en el reino de Dios. Escribe desde la isla de Patmos, donde ha sido exiliado por su firme compromiso con la palabra de Dios y su testimonio sobre Jesucristo. Este contexto subraya la realidad de la persecución que enfrentaron los primeros cristianos y la firmeza necesaria para mantener la fe.
La mención de Juan sobre la 'paciencia en la tribulación' es un llamado a permanecer firmes ante las pruebas, encontrando fuerza en el vínculo compartido con otros creyentes y en la promesa del reino de Dios. Su situación en Patmos, un lugar de aislamiento y dificultad, sirve como un poderoso telón de fondo para las revelaciones que está a punto de compartir. Ilustra cómo la fe puede prosperar incluso en la adversidad y cómo los creyentes están conectados a través de sus experiencias comunes y la esperanza que tienen en Jesús. Este pasaje anima a los cristianos a perseverar, sabiendo que no están solos en sus luchas y que su resistencia es parte de su camino en Cristo.