En este momento, Dios se acerca a Balaam, un profeta, y le pregunta sobre las personas con las que se está asociando. Esta pregunta no es porque Dios carezca de conocimiento, sino para invitar a Balaam a reflexionar sobre sus acciones y la compañía que mantiene. Subraya la omnisciencia de Dios: Él conoce todas las cosas, pero elige relacionarse con nosotros de manera personal. Esta interacción nos recuerda que a Dios le interesa profundamente nuestra vida y las decisiones que tomamos. Al preguntar a Balaam sobre sus compañeros, Dios lo anima a considerar los motivos e intenciones de quienes lo rodean. Este pasaje nos enseña la importancia del discernimiento y de buscar la guía de Dios en nuestras relaciones y decisiones. También destaca el valor de estar abiertos a las preguntas y sugerencias de Dios, que pueden llevarnos a una comprensión más profunda y a alinearnos con Su voluntad. Para los creyentes, esto sirve como un aliento para mantenerse vigilantes sobre las influencias en sus vidas y buscar la sabiduría de Dios en todos los asuntos.
La historia de Balaam es un poderoso recordatorio de la necesidad de discernimiento espiritual y de la importancia de alinear nuestras acciones con los propósitos de Dios. Nos anima a estar atentos a la voz de Dios y a ser cautelosos con las influencias que permitimos en nuestras vidas, asegurándonos de que nos acerquen a Él en lugar de alejarnos.