La respuesta de Jesús a sus discípulos, quienes intentaron impedir que los niños se acercaran a Él, es una poderosa lección sobre la naturaleza del reino de Dios. Su indignación muestra que valoraba profundamente la presencia y participación de los niños en su ministerio. Al afirmar que el reino de Dios pertenece a tales como estos, Jesús resalta las cualidades de los niños: inocencia, humildad y confianza, que son esenciales para entrar en el reino. Esta enseñanza desafía a los creyentes a cultivar estas cualidades infantiles en sus propias vidas espirituales. La invitación de Jesús a los niños también subraya la naturaleza inclusiva de su mensaje, donde todos son bienvenidos, sin importar la edad o el estatus social. Este pasaje anima a los cristianos a fomentar entornos donde todos, especialmente los jóvenes y vulnerables, puedan acercarse libremente a Jesús y experimentar Su amor y aceptación. Es un llamado a abrazar la simplicidad y sinceridad en la fe, recordándonos que el reino de Dios es accesible para todos los que se acercan con un corazón puro.
Pero cuando Jesús lo vio, se indignó y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios.
Marcos 10:14
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