Josué reúne a los israelitas para prepararlos para un evento significativo en su camino hacia la Tierra Prometida. Al instarles a escuchar las palabras del Señor, Josué enfatiza la importancia de la guía divina y la obediencia. Este momento no se trata solo de oír, sino de comprender e internalizar verdaderamente las instrucciones de Dios. Los israelitas están a punto de presenciar un evento milagroso: el cruce del río Jordán, y el llamado de Josué a escuchar es una preparación para la fe y la confianza necesarias para experimentar el poder de Dios.
Este versículo sirve como un recordatorio para todos los creyentes sobre la importancia de estar atentos a la voz de Dios. En un mundo lleno de distracciones, tomarse el tiempo para escuchar las palabras de Dios ayuda a los creyentes a alinear sus vidas con Su voluntad. Fomenta una postura de humildad y disposición para actuar de acuerdo con la guía divina. El versículo también refleja el aspecto comunitario de la fe, ya que Josué habla a toda la asamblea, destacando el viaje compartido de fe y la responsabilidad colectiva de seguir la dirección de Dios.