Adonisedec, el rey de Jerusalén, se alarmó por la rápida expansión y el éxito de los israelitas bajo el mando de Josué. La destrucción total de Hai y Jericó fue un testimonio del poder militar de los israelitas y del apoyo divino que recibieron. La noticia de que Gabaón, una ciudad grande e influyente, había hecho las paces con Israel y se había unido a ellos como aliados fue particularmente preocupante para los reinos circundantes. La decisión de Gabaón de aliarse con Israel fue estratégica, asegurando su supervivencia y protección. Esta alianza significó un cambio en la dinámica de poder en la región, ya que otros estados de la ciudad se dieron cuenta de la creciente amenaza que representaba la presencia de Israel.
El versículo resalta los temas del miedo y la maniobra política, ya que reyes locales, como Adonisedec, comenzaron a trazar estrategias contra los israelitas. Establece el escenario para la coalición de reyes que pronto se unirían contra Josué y los israelitas en un intento de frenar su influencia. Esta narrativa subraya los temas bíblicos más amplios de la intervención divina y el cumplimiento de las promesas de Dios a los israelitas, mientras continuaban conquistando y asentándose en la Tierra Prometida.