En este momento, Jesús se dirige a sus discípulos y seguidores, muchos de los cuales luchan por entender sus enseñanzas sobre ser el pan de vida. Plantea una pregunta hipotética sobre presenciar su ascensión, lo que sirve como un desafío a su fe. La ascensión se refiere al regreso de Jesús a su origen celestial, enfatizando su naturaleza divina y autoridad. Esta pregunta está destinada a provocar una reflexión sobre la verdadera identidad de Jesús y las implicaciones de su misión en la tierra.
Para los creyentes, este pasaje subraya la importancia de la fe en lo no visto y la aceptación de verdades espirituales que pueden no alinearse con la lógica humana. También anticipa el evento real de la ascensión de Jesús después de su resurrección, que serviría como un testimonio de su divinidad y el cumplimiento de su misión terrenal. La ascensión es una piedra angular de la creencia cristiana, simbolizando la victoria de Jesús sobre la muerte y su presencia continua con Dios. Este versículo anima a los cristianos a confiar en las palabras y promesas de Jesús, incluso cuando desafían la comprensión convencional.