En este versículo, Jesús está preparando a sus discípulos para la persecución que enfrentarán. Explica que aquellos que se oponen a ellos lo hacen porque no conocen verdaderamente a Dios el Padre ni a Jesús mismo. Esta falta de conocimiento no se trata solo de ignorancia de hechos; es una desconexión relacional más profunda. Conocer a Dios, en el sentido bíblico, implica una relación personal e íntima, no solo una conciencia de Su existencia. Jesús enfatiza que muchos que actúan en contra de sus seguidores lo hacen por un sentido de deber o tradición mal guiado, sin darse cuenta de que están oponiéndose a la obra de Dios.
Esta declaración es un llamado a los creyentes a cultivar una relación genuina con Dios, una que transforme su comprensión y acciones. También anima a tener paciencia y compasión hacia aquellos que pueden oponerse a ellos, reconociendo que sus acciones provienen de una falta de verdadero conocimiento de Dios. Al fomentar una conexión más profunda con Dios, los creyentes pueden navegar mejor por los desafíos y malentendidos, fundamentados en el amor y la verdad de Cristo.