La muerte de Débora, la nodriza de Rebeca, es un acontecimiento significativo que resalta su papel en la familia. Su fallecimiento se conmemora al nombrar el lugar como Alon Bakuth, que se traduce como "roble de llanto", lo que sugiere una profunda sensación de pérdida y duelo entre quienes la conocían. Este evento ocurre cerca de Betel, un lugar de gran importancia espiritual, lo que subraya aún más la relevancia de Débora y su conexión con la familia.
La mención de la muerte de Débora en la narrativa sirve como un recordatorio conmovedor de los lazos que se forman en las familias y comunidades. Destaca el respeto y la honra que se otorgan a quienes han servido con fidelidad, como Débora, quien fue cuidadora y compañera de Rebeca. El acto de nombrar el sitio de sepultura refleja la práctica cultural de conmemorar a los seres queridos, asegurando que su memoria perdure a través de las generaciones.
Este pasaje invita a reflexionar sobre la importancia de reconocer y honrar las contribuciones de quienes nos apoyan y cuidan, reforzando el valor de la gratitud y el recuerdo en nuestras vidas.