Después de la violación de Dina por Siquem, sus hermanos son abordados por Siquem y su padre Hamor, quienes desean organizar un matrimonio. La respuesta de los hermanos enfatiza la importancia de su identidad cultural y religiosa, que está marcada por la práctica de la circuncisión. Para ellos, la circuncisión no es solo un acto físico, sino un signo de su pacto con Dios, un vínculo sagrado que los distingue como el pueblo elegido de Dios. Al insistir en esta condición, están defendiendo los valores de su comunidad y asegurándose de que cualquier unión respete su fe y tradiciones.
Esta interacción también subraya la gravedad de la situación y los instintos protectores de los hermanos hacia Dina. No solo se preocupan por su bienestar inmediato, sino también por las implicaciones a largo plazo de su matrimonio en la integridad espiritual de su familia. La demanda de la circuncisión es una forma de afirmar su identidad y garantizar que cualquier nuevo miembro de su comunidad esté completamente integrado en su vida religiosa. Este pasaje refleja temas más amplios de fidelidad, identidad y la importancia de mantener las creencias ante presiones externas.