Las instrucciones para el efod, una parte clave de las vestiduras del sumo sacerdote, enfatizan el papel simbólico del sacerdote como representante del pueblo ante Dios. Las dos piedras en las hombreras están grabadas con los nombres de las doce tribus de Israel, sirviendo como un recordatorio perpetuo del pacto entre Dios y Su pueblo. Al llevar estos nombres sobre sus hombros, Aarón, el sumo sacerdote, simboliza la carga y las oraciones de toda la comunidad en la presencia de Dios. Este acto de recuerdo subraya la naturaleza comunitaria de la adoración y el papel del sacerdote como intercesor. También refleja el tema más amplio de la Biblia sobre el recuerdo, donde el pueblo de Dios es llamado a recordar Su fidelidad y su identidad como Su pueblo escogido. Así, el efod se convierte en una representación tangible de la relación entre Dios e Israel, recordando a la comunidad su identidad colectiva y el deber del sacerdote de mantener y presentar a todos ante el Señor.
La importancia de estas piedras radica en que no solo son adornos, sino que representan la conexión profunda entre el sacerdote y el pueblo. Cada nombre grabado es un recordatorio de la historia, las luchas y las bendiciones de las tribus, y el efod se convierte en un símbolo de la intercesión continua que Aarón realiza ante Dios, llevando consigo las esperanzas y los anhelos de su pueblo.