El principio de 'ojo por ojo, diente por diente' forma parte de los códigos legales antiguos y es conocido como la lex talionis, o la ley de la retribución. Este principio fue diseñado para garantizar que la justicia fuera proporcional y no excesiva, evitando que las personas tomaran la ley en sus propias manos y buscaran venganza más allá de lo justo. Esta ley fue revolucionaria para su época porque introdujo la idea de una justicia medida, donde el castigo coincidía con el crimen, manteniendo así el orden social y la equidad.
En un contexto espiritual más amplio, este principio invita a reflexionar sobre cómo debe administrarse la justicia. Nos anima a pensar en la equidad y el impacto de nuestras acciones en los demás. Aunque la aplicación literal de esta ley no se practica en la mayoría de las sociedades modernas, su esencia puede verse en la búsqueda de una justicia que busque restaurar en lugar de perjudicar. Las enseñanzas de Jesús en el Nuevo Testamento amplían este concepto al fomentar el perdón y la reconciliación, apuntando hacia una comprensión más profunda de la justicia que trasciende la mera retribución.