La frase "ojo por ojo, diente por diente" forma parte de un código legal más amplio dado a los israelitas. Este código, conocido como "lex talionis" o la ley de la retaliación, tenía como objetivo asegurar que la justicia se sirviera de manera justa y equilibrada. El principio detrás de esta ley era prevenir castigos excesivos y garantizar que la respuesta a una ofensa fuera proporcional al daño causado. Servía como un disuasivo contra la venganza personal, promoviendo un sistema legal donde las disputas pudieran resolverse de manera justa.
En el contexto de la antigua Israel, esta ley fue revolucionaria porque buscaba limitar el ciclo de violencia y venganza que podría escalar sin tales directrices. Subrayaba la importancia de la justicia y la equidad en la sociedad. Hoy en día, aunque la aplicación literal de esta ley no se practica, su esencia aún se puede ver en los sistemas legales modernos que buscan una justicia proporcional. Además, muchas enseñanzas cristianas enfatizan la necesidad de ir más allá de la retribución hacia el perdón y la reconciliación, reflejando el poder transformador de la gracia y la misericordia en las relaciones humanas.