En este pasaje, se nos habla de los Refaítas, un pueblo antiguo famoso por su imponente tamaño y fuerza, que habitó una región que más tarde formó parte del territorio de los amonitas. Los amonitas, descendientes de Lot, el sobrino de Abraham, llamaban a estos gigantes Zamzummitas. Este detalle es parte de una narrativa más amplia en Deuteronomio, donde Moisés relata el viaje de los israelitas y las tierras que encontraron en su camino. La mención de los Refaítas y los Zamzummitas subraya la compleja historia de la región, llena de diversas tribus y pueblos, cada uno con sus propias historias y nombres para referirse a los demás.
Este contexto histórico enriquece nuestra comprensión de la narrativa bíblica, mostrando cómo diferentes culturas interactuaron y se percibieron entre sí. También resalta el tema de la soberanía y provisión de Dios mientras los israelitas atravesaban tierras con sus propias historias y desafíos. Al reconocer estos grupos diversos, la escritura nos invita a apreciar la profundidad y diversidad de la historia humana y el papel de Dios en guiar a Su pueblo a través de ella.