La pregunta retórica que se plantea invita a la audiencia a reflexionar sobre sus creencias acerca del poder de Dios, especialmente en relación con la resurrección de los muertos. Desafía la idea de que tal evento es increíble, instando a los creyentes a considerar la omnipotencia de Dios. La resurrección es un aspecto fundamental de la doctrina cristiana, representando no solo la victoria sobre la muerte, sino también la promesa de vida eterna para los creyentes. Este versículo sirve como un recordatorio de la naturaleza milagrosa de las acciones de Dios a lo largo de la historia bíblica y fomenta la fe en Su capacidad para realizar lo que puede parecer imposible para la comprensión humana.
En un contexto más amplio, esta pregunta aborda el escepticismo que algunos pueden tener sobre la resurrección, un evento clave en la teología cristiana. Invita a los creyentes a profundizar su fe y confianza en las promesas de Dios, reforzando la idea de que con Dios, todas las cosas son posibles. La resurrección no es solo un evento del pasado, sino una esperanza futura para todos los que creen, ofreciendo seguridad y consuelo ante la mortalidad. Este versículo anima a los cristianos a abrazar lo milagroso y confiar en el plan final de Dios para la humanidad.