Pablo se dirige a los corintios para asegurarles la naturaleza inquebrantable y consistente del mensaje de Jesucristo. Contrasta las promesas humanas, que a menudo pueden ser inciertas o cambiantes, con el mensaje divino de Cristo, que siempre es consistente y fiable. Pablo, junto a sus compañeros Silas y Timoteo, predicó este mensaje a los corintios, enfatizando que en Jesús, las promesas de Dios siempre son afirmadas y cumplidas. Esto significa que Jesús encarna el 'Sí' definitivo a todas las promesas de Dios, ofreciendo a los creyentes una base de esperanza y seguridad.
El contexto aquí es importante, ya que Pablo está defendiendo su integridad y el mensaje que predicó. Quiere que los corintios comprendan que así como las promesas de Dios son fiables, también lo es el mensaje sobre Cristo que Pablo y sus compañeros han compartido. Este versículo anima a los creyentes a confiar en la naturaleza constante de las enseñanzas de Cristo y la certeza de las promesas de Dios. Asegura a los cristianos que su fe está fundamentada en una verdad que no fluctúa, proporcionando una base sólida para su camino espiritual.