El Pentecostés es un evento fundamental en la tradición cristiana, que ocurre cincuenta días después de la Pascua. Este día marca el momento en que el Espíritu Santo descendió sobre los apóstoles, quienes estaban reunidos en un mismo lugar. Esta reunión no solo fue un encuentro físico, sino un símbolo de unidad y propósito compartido entre los seguidores de Jesús. Los apóstoles, empoderados por el Espíritu Santo, comenzaron a hablar en diferentes lenguas, lo que les permitió comunicar el mensaje de Cristo a personas de diversas naciones y culturas. Este evento milagroso marcó el inicio de la misión de la Iglesia para difundir el Evangelio a todos los rincones del mundo.
La unidad de los apóstoles en Pentecostés nos recuerda la fuerza que se encuentra en la comunidad y la fe colectiva. Resalta la importancia de unirnos como creyentes para apoyarnos mutuamente y trabajar hacia un objetivo común. La llegada del Espíritu Santo también pone de manifiesto el poder transformador disponible para todos los cristianos, invitándolos a estar abiertos a la guía del Espíritu y a abrazar su papel en compartir el amor y el mensaje de Dios con los demás. El Pentecostés es una celebración tanto del nacimiento de la Iglesia como de la obra continua del Espíritu Santo en la vida de los creyentes.