En esta poderosa visión, el cielo se abre, indicando un momento de revelación y comunicación divina. El gran lienzo que desciende hacia la tierra sugiere un mensaje de Dios que es significativo y transformador. Al estar sostenido por sus cuatro esquinas, el lienzo simboliza la universalidad e inclusividad del mensaje de Dios. Esto implica que el plan divino no está limitado a un grupo específico, sino que está destinado a toda la humanidad.
La imagen del cielo abierto indica que la sabiduría y la guía divinas son accesibles para quienes las buscan. Invita a los creyentes a estar abiertos a nuevas percepciones y a estar dispuestos a derribar las barreras que separan a las personas. Esta visión es un llamado a la unidad y la aceptación, instando a la comunidad de fe a acoger a todos los individuos, sin importar su origen. Nos recuerda que el amor y la gracia de Dios trascienden las limitaciones y prejuicios humanos, fomentando un espíritu de inclusividad y armonía entre los creyentes.