La muerte de Samuel fue una pérdida profunda para Israel, ya que no solo era un profeta, sino también un juez que había guiado a la nación en transiciones significativas, incluyendo la unción de sus primeros reyes. Su sepultura en Ramá, su ciudad natal, subraya el profundo respeto y cariño que el pueblo sentía por él. El luto de todo Israel indica su influencia generalizada y el vacío que su ausencia creó en el liderazgo espiritual.
La decisión del rey Saúl de expulsar a los mediums y adivinos de la tierra estaba en línea con la Ley Mosaica, que prohibía tales prácticas. Esta acción demostró inicialmente el deseo de Saúl de mantener los mandamientos de Dios y la pureza espiritual en Israel. Sin embargo, este contexto es crucial, ya que presagia las acciones posteriores de Saúl, cuando, en su desesperación, busca a una médium para contactar el espíritu de Samuel. Este acto de buscar orientación prohibida ilustra la agitación interna y el declive espiritual que Saúl experimenta mientras lucha con su liderazgo y su relación con Dios. El versículo establece el escenario para el drama que se desarrolla en el reinado de Saúl y las consecuencias de sus elecciones.