En este pasaje, el SEÑOR de los ejércitos se presenta como un protector y defensor de su pueblo, prometiendo resguardarlos del daño. La referencia a las piedras de honda, que recuerda la victoria de David sobre Goliat, sugiere que Dios empodera a su pueblo para superar desafíos, incluso cuando parecen insuperables. Esta victoria no se logra a través de medios convencionales, sino mediante la fe y la dependencia de la fuerza de Dios. La imagen de beber y hacer alboroto como de vino transmite la alegría exuberante y la celebración que acompañan a la victoria divina. No se trata solo de un triunfo físico, sino de uno espiritual, donde el pueblo se llena de un sentido de propósito divino y cumplimiento, similar a la sacralidad de un tazón utilizado en rituales del altar. Este pasaje sirve como un recordatorio de la alegría y la paz que provienen de confiar en la protección de Dios y la certeza de que Él guiará a su pueblo hacia la victoria, sin importar las circunstancias. Anima a los creyentes a depender de la fuerza de Dios y a celebrar las victorias espirituales que Él concede.
El SEÑOR de los ejércitos los defenderá; y ellos devorarán y hollarán las piedras de honda, y beberán y harán alboroto como de vino; y estarán llenos como el tazón, como las esquinas del altar.
Zacarías 9:15
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