En este pasaje, Zacarías menciona las ciudades de Hamath, Tiro y Sidón, enfatizando su proximidad geográfica y las notables habilidades de Tiro y Sidón. Estas ciudades eran renombradas en el mundo antiguo por su riqueza, comercio y destreza marítima. Tiro y Sidón, en particular, eran famosas por sus artesanos y comerciantes hábiles, contribuyendo significativamente al paisaje económico de la región. Al incluir estas ciudades, la profecía destaca que ninguna nación, sin importar sus logros o prosperidad, está fuera del alcance de los planes y propósitos de Dios.
Este versículo nos recuerda la dominación de Dios sobre todas las naciones y pueblos. Refleja el tema bíblico de que los logros humanos, aunque impresionantes, están sujetos a la autoridad divina. La mención de estas ciudades también prepara el escenario para el mensaje profético más amplio en Zacarías, que a menudo habla sobre la restauración y la esperanza futura para el pueblo de Dios. Anima a los creyentes a confiar en el plan general de Dios, sabiendo que Su sabiduría y poder superan la comprensión y capacidad humanas.