Participar en discusiones largas con quienes carecen de sabiduría a menudo resulta en frustración y complicaciones innecesarias. Es sensato evitar pasar demasiado tiempo con personas que no son reflexivas ni discernidoras, ya que su influencia puede llevar a problemas y alterar nuestra paz mental. Al distanciarse de estas personas, se puede conservar un sentido de tranquilidad y evitar ser arrastrado a su necedad. Este consejo nos anima a buscar relaciones que eleven y apoyen nuestro crecimiento personal, promoviendo una vida llena de paz y sabiduría.
La enseñanza sugiere que la sabiduría implica saber cuándo involucrarse y cuándo dar un paso atrás. Resalta la importancia de rodearse de personas que contribuyan positivamente a nuestra vida. Al elegir compañeros que sean sabios y comprensivos, se puede fomentar un ambiente que aliente el desarrollo personal y el crecimiento espiritual. Este consejo es atemporal, recordándonos que debemos ser conscientes de la compañía que mantenemos y de las conversaciones en las que participamos, asegurándonos de que estén alineadas con nuestros valores y aspiraciones.