En este versículo, se da una orden de no causar daño a la tierra, al mar ni a los árboles hasta que los siervos de Dios sean marcados con un sello. Este sello significa protección divina y propiedad, indicando que aquellos que sirven a Dios son reconocidos y resguardados por Él. La imagen del sello recuerda prácticas antiguas donde un sello denotaba autenticidad y autoridad. Aquí, simboliza la promesa de Dios de proteger a sus fieles durante las pruebas que se avecinan. Esta seguridad sirve como fuente de esperanza y consuelo, recordando a los creyentes que están bajo el cuidado de Dios y que Él está al tanto de su fidelidad. El versículo también subraya la importancia de estar espiritualmente listos, ya que aquellos que son sellados están preparados para los desafíos que vendrán. Refleja el tema más amplio del Apocalipsis, donde a pesar de los juicios inminentes, el plan final de Dios es preservar y redimir a su pueblo. Este mensaje es universalmente alentador, ofreciendo la certeza de que Dios es soberano y está atento a las necesidades de sus seguidores.
No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios.
Apocalipsis 7:3
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