En este versículo, se hace un poderoso llamado a compartir la historia de la justicia de Dios con las generaciones futuras. Subraya la importancia del testimonio y el papel de los creyentes en asegurar que las obras de Dios no sean olvidadas. La frase "Él lo ha hecho" es una declaración de la obra completada de Dios, que puede verse como un anticipo del cumplimiento definitivo de Sus promesas a través de Cristo. Esta proclamación sirve como un recordatorio de la fidelidad de Dios y la importancia de mantener un legado de fe. Al declarar la justicia de Dios a aquellos que aún no han nacido, los creyentes participan en una tradición atemporal de fe, asegurando que el conocimiento de la bondad y el poder de Dios se preserve y se transmita. Este versículo fomenta una fe orientada hacia el futuro que no solo reconoce lo que Dios ha hecho, sino que también anticipa lo que continuará haciendo. Invita a los creyentes a ser activos en su fe, compartiendo la historia del amor y la justicia de Dios con los demás, contribuyendo así al patrimonio espiritual de las generaciones futuras.
El versículo también refleja el aspecto comunitario de la fe, donde la memoria colectiva y el testimonio del pueblo de Dios juegan un papel crucial en el desarrollo espiritual de los futuros creyentes. Es un llamado a la acción para la generación actual, instando a ser diligentes en su testimonio y asegurando que la historia de la justicia de Dios sea una parte viva y vibrante de la identidad de la comunidad.