Los rubenitas y gaditas, tribus de Israel, encontraron que la tierra al este del río Jordán era ideal para sus grandes rebaños y ganados. Se acercaron a Moisés, Eleazar el sacerdote y los líderes de la comunidad con la solicitud de establecerse allí en lugar de cruzar el río Jordán hacia la tierra de Canaán. Esta petición fue significativa porque implicaba una desviación del plan original de asentarse en la Tierra Prometida al oeste del Jordán.
Su apelación fue hecha con respeto, reconociendo la autoridad de Moisés y buscando su favor. Esta situación subraya la importancia del liderazgo y el papel del consenso comunitario en la toma de decisiones. También refleja una inclinación humana común a elegir la comodidad y la seguridad inmediatas sobre los posibles desafíos futuros. La disposición de las tribus para negociar y buscar aprobación destaca el valor del diálogo y la cooperación en la convivencia armoniosa de la comunidad. Su solicitud también sirve como un recordatorio de la necesidad de equilibrar los deseos personales con las responsabilidades y compromisos colectivos.