En la narrativa de la rebelión de Coré, se instruyó a los israelitas a separarse de las tiendas de Coré, Datán y Abirón, quienes desafiaron el liderazgo de Moisés y Aarón. Esta separación fue crucial, ya que significaba una clara distinción entre aquellos que eran fieles a los líderes designados por Dios y aquellos que no lo eran. Alejarse no fue solo un distanciamiento físico, sino también un gesto simbólico de rechazo a la rebelión y de alineación con la voluntad divina.
Datán y Abirón, junto con sus familias, se mantuvieron desafiantes en las entradas de sus tiendas. Esta escena enfatiza la gravedad de su rebelión, ya que involucraba no solo a los líderes, sino también a sus hogares enteros. La presencia de sus esposas, hijos y pequeños resalta el aspecto comunitario de sus acciones y sirve como un recordatorio serio de cómo las decisiones de uno pueden impactar a su familia y comunidad. La narrativa invita a los creyentes a considerar cuidadosamente sus lealtades y las posibles consecuencias de sus acciones, instándolos a elegir caminos que se alineen con la guía divina y la rectitud.