Durante la Transfiguración, un evento crucial en el ministerio de Jesús, Dios se comunica directamente con los discípulos, reafirmando la identidad y misión de Jesús. La nube brillante representa la presencia de Dios, similar a cómo se apareció a los israelitas en el desierto. La voz que proviene de la nube es una poderosa declaración de la filiación divina de Jesús, subrayando Su relación única con el Padre. Las palabras de Dios, "Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia", resuenan con el bautismo de Jesús, reforzando Su aprobación divina y misión.
La instrucción de "Escuchadlo" es un llamado a reconocer a Jesús como la autoridad y maestro supremo. Enfatiza la importancia de seguir las enseñanzas de Jesús y comprender Su papel en el plan de Dios para la humanidad. Este momento asegura a los discípulos y a todos los creyentes la naturaleza divina de Jesús y Su papel central en su camino de fe. Invita a los cristianos a confiar en la guía de Jesús y a buscar Su sabiduría en sus vidas, sabiendo que Él es el Hijo amado de Dios.