En este pasaje, Jesús establece un paralelismo entre la experiencia de Jonás y su propia muerte y resurrección inminente. El tiempo que Jonás pasó en el vientre del pez se considera un precursor del entierro y la resurrección de Jesús. Al referirse a Jonás, Jesús no solo afirma el evento histórico, sino que también lo utiliza como una señal para la gente de su tiempo, ilustrando su misión divina. Los 'tres días y tres noches' significan un período completo, enfatizando la certeza y plenitud del plan de Dios.
Esta analogía sirve para preparar a sus seguidores para los eventos que se avecinan y fortalecer su fe. Subraya el tema de la liberación y la redención, que es central en la creencia cristiana. La resurrección de Jesús es la piedra angular de la fe cristiana, simbolizando la victoria sobre el pecado y la muerte. Este pasaje asegura a los creyentes la soberanía de Dios y la esperanza de la vida eterna. Invita a reflexionar sobre la profundidad del amor de Dios y la certeza de que, así como Jonás fue liberado, también los creyentes serán liberados a través de Cristo.