En este versículo, encontramos una lista de algunos de los apóstoles que Jesús llamó para ser sus seguidores más cercanos y llevar adelante su misión. Se mencionan a Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo el publicano, junto con Jacobo hijo de Alfeo y Tadeo. Cada uno de estos individuos provenía de diferentes realidades, lo que muestra la diversidad e inclusividad del ministerio de Jesús. Mateo, en particular, era un recaudador de impuestos, una profesión que a menudo era despreciada en la sociedad judía debido a su asociación con la opresión romana. Sin embargo, Jesús vio más allá de las etiquetas sociales y lo eligió como apóstol, enfatizando el poder transformador de su llamado. Esta selección de apóstoles ilustra que el mensaje y la misión de Jesús son para todos, sin importar su trasfondo o acciones pasadas. Sirve como un recordatorio de que cada persona tiene el potencial de contribuir al Reino de Dios, y que la invitación de Jesús a seguirle se extiende a todos.
La diversidad de los apóstoles también nos invita a reflexionar sobre cómo cada uno de nosotros, con nuestras propias historias y experiencias, puede ser parte de algo más grande. La inclusión de personas de diferentes orígenes en el círculo de seguidores de Jesús nos anima a abrir nuestros corazones y nuestras comunidades, reconociendo que todos somos valiosos en la obra de Dios.