En este momento crucial, un ángel se dirige a José en un sueño, revelando el plan divino para el hijo de María. El nombre Jesús, derivado del hebreo Yeshua, significa 'El Señor salva', encapsulando su misión en la tierra. Este nombre no es simplemente una etiqueta, sino una profunda declaración de su propósito: salvar a las personas de sus pecados. Esto refleja el núcleo de la creencia cristiana de que Jesús vino a cerrar la brecha entre Dios y la humanidad, ofreciendo perdón y un camino hacia la vida eterna.
El anuncio subraya el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento, donde un Mesías vendría a redimir al pueblo de Dios. Destaca la continuidad del plan de Dios a lo largo de la historia, enfatizando su amor inquebrantable y compromiso con la humanidad. Al nombrarlo Jesús, el ángel afirma que la salvación no es un concepto abstracto, sino una realidad personal y transformadora encarnada en Cristo. Este mensaje de esperanza y redención es central en la fe cristiana, invitando a los creyentes a abrazar la gracia y el perdón ofrecidos a través de Jesús.