Jesús empleaba con frecuencia parábolas como herramienta de enseñanza, que son historias simples pero profundas que transmiten verdades espirituales más profundas. Este método era especialmente efectivo porque permitía a los oyentes conectarse con el mensaje a un nivel personal. Las parábolas a menudo usaban escenarios y personajes familiares, haciendo que las lecciones fueran accesibles y comprensibles para una amplia audiencia. Al hacerlo, Jesús invitaba a su público a pensar críticamente y reflexionar sobre sus propias vidas y creencias.
El uso de parábolas también servía para revelar verdades a aquellos que estaban abiertos a entender, mientras que las ocultaba de quienes no estaban listos para recibir el mensaje. Este propósito dual aseguraba que las enseñanzas fueran inclusivas y desafiantes, fomentando el crecimiento personal y una exploración más profunda de la fe. A través de las parábolas, Jesús comunicó los valores del reino de Dios, como el amor, el perdón y la humildad, de una manera que era tanto memorable como impactante.