En este momento, Jesús habla a Sus discípulos sobre los eventos que se desarrollarán y que conducirán a Su crucifixión. Se refiere a Sí mismo como el 'Hijo del Hombre', un término que subraya Su papel como el Mesías y Su conexión con la humanidad. La frase 'según lo que está determinado' indica que Su sufrimiento y muerte son parte del plan predeterminado de Dios para la salvación. Esto refleja la creencia en la providencia divina, donde los propósitos de Dios se cumplen en última instancia, incluso a través de las acciones humanas.
Sin embargo, Jesús también pronuncia una advertencia para aquel que lo traicionará. Esta declaración resalta la gravedad de la traición inminente de Judas Iscariote. Aunque los eventos son parte de un plan divino, la responsabilidad de la traición recae en Judas. Esta dualidad enfatiza la coexistencia de la soberanía de Dios y la libre voluntad humana. El lamento de Jesús por el traidor sirve como un mensaje de advertencia sobre las consecuencias de apartarse del camino de Dios. Invita a los creyentes a reflexionar sobre sus propias elecciones y la importancia de mantenerse fieles a su fe y compromisos.