El concepto del año del Jubileo en el antiguo Israel representaba una profunda expresión de justicia social y reinicio económico. Cada cincuenta años, las deudas eran perdonadas, los esclavos eran liberados y las tierras eran devueltas a sus propietarios originales. Las casas en aldeas sin muros de protección se consideraban parte del campo abierto, lo que significaba que podían ser redimidas por su dueño original en cualquier momento. Esta disposición aseguraba que las familias pudieran mantener su conexión con sus tierras ancestrales, fundamentales para su sustento e identidad.
El año del Jubileo era un recordatorio de la propiedad última de Dios sobre la tierra y Su deseo de que Su pueblo viviera en una sociedad marcada por la equidad y la compasión. Fomentaba una comunidad donde la riqueza y los recursos no se concentraran en manos de unos pocos, sino que se distribuyeran de manera que todos pudieran prosperar. Al permitir la redención y el retorno de propiedades, el Jubileo promovía un sentido de esperanza y renovación, reforzando los valores de misericordia, justicia e igualdad.