Holofernes, el general del ejército asirio, ve la llegada de Judit como una señal de favor divino. Su creencia de que Dios ha orquestado su presencia para ayudar en su campaña militar refleja un tema más amplio en la Biblia, donde las personas son vistas como instrumentos de la voluntad de Dios, enviadas para cumplir propósitos específicos. La afirmación de Holofernes revela su confianza en su misión y su creencia de que las fuerzas divinas están de su lado. Sin embargo, esto también establece el escenario para una narrativa en la que las intenciones humanas y los planes divinos pueden no alinearse como se esperaba. La presencia de Judit es un punto crucial, enfatizando el poder de la fe y las maneras inesperadas en que Dios puede obrar a través de las personas. Este pasaje invita a reflexionar sobre la naturaleza de la intervención divina y cómo Dios puede utilizar a las personas para lograr propósitos mayores, a menudo de maneras sorprendentes y transformadoras.
Y cuando ella hubo dicho estas palabras, los hombres se admiraron de su sabiduría y de su hermosura.
Judith 11:22
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