Jotam, el único hijo sobreviviente de Gedeón tras la masacre perpetrada por Abimelech, toma una decisión valiente al dirigirse al pueblo de Siquem desde el monte Gerizim. Este monte tiene un significado histórico y espiritual como un lugar de bendición en la tradición israelita. La elección de Jotam de este lugar subraya la seriedad de su mensaje. Llama a los ciudadanos, instándolos a escuchar con atención, con la esperanza de que su disposición a escuchar también atraiga la atención de Dios hacia su situación.
El discurso de Jotam no es solo un llamado a la atención, sino un preludio a una parábola que sirve como advertencia. La parábola, que se desarrolla en los versos siguientes, utiliza la imagen de árboles buscando un rey para ilustrar la necedad y el peligro de su decisión de nombrar a Abimelech como rey. Las palabras de Jotam son una mezcla de valentía y sabiduría, ya que se presenta solo ante la injusticia y advierte sobre las consecuencias de sus acciones. Su mensaje es atemporal, recordándonos la importancia de un liderazgo sabio y las responsabilidades morales tanto de los líderes como de los seguidores.