Después de una gran victoria sobre los filisteos, Sansón se encontró en una situación crítica, exhausto y necesitado de agua. En su momento de debilidad, clamó a Dios, y Dios respondió abriendo un lugar hendido en Lehi, del cual fluyó agua. Esta provisión milagrosa no solo sació la sed de Sansón, sino que también lo revitalizó, permitiéndole continuar su camino. El lugar fue llamado En Hakkore, que significa "la fuente del que clama", un testimonio de la fidelidad de Dios al responder los gritos de Su pueblo.
Esta narrativa resalta el tema de la provisión y renovación divina. Sirve como un poderoso recordatorio de que Dios escucha nuestros clamores de ayuda y puede proveer para nuestras necesidades de maneras que no anticipamos. Así como se restauró la fuerza de Sansón, nosotros también podemos encontrar renovación y fortaleza a través de la provisión de Dios. Esta historia anima a los creyentes a confiar en el tiempo de Dios y en Su capacidad para satisfacer nuestras necesidades, incluso en las circunstancias más desafiantes.