Jefté, un juez de Israel, se encuentra en diálogo con el rey de los amonitas, quien exige la devolución de tierras que Israel ha ocupado durante trescientos años. La respuesta de Jefté es tanto un recuento histórico como un argumento legal. Señala que si los amonitas tuvieran un reclamo legítimo sobre estos territorios, habrían actuado en consecuencia mucho antes. Al resaltar la ocupación de tres siglos, Jefté subraya la legitimidad del reclamo de Israel basado en la posesión continua.
Este pasaje refleja la importancia del contexto histórico en la resolución de disputas. Sugiere que la presencia y el uso prolongado de la tierra pueden establecer un reclamo legítimo. El argumento de Jefté no se trata solo de tierras, sino también de buscar la paz y evitar conflictos innecesarios. Al apelar a la historia, busca resolver el problema sin recurrir a la guerra. Este enfoque nos anima a considerar las relaciones y acuerdos pasados en nuestros propios conflictos, promoviendo la resolución a través de la comprensión y el respeto por las verdades históricas.