En este momento, Josué reafirma el pacto entre Dios y los israelitas al inscribir físicamente la ley en piedras. Este acto no fue solo un gesto simbólico, sino también práctico, asegurando que la ley estuviera presente y accesible para toda la comunidad. Resalta la importancia de la ley en la guía de la vida moral y espiritual de los israelitas. Escribir la ley en piedras simboliza su permanencia y naturaleza inmutable, recordando al pueblo su compromiso duradero de seguir los mandamientos de Dios.
Este evento ocurrió después de la victoria de los israelitas en Ai, sirviendo como un momento de reflexión y reafirmación de la guía divina. Al hacerlo en presencia de todo Israel, Josué reforzaba la responsabilidad colectiva de la comunidad de mantener la ley. Fue una declaración pública de su identidad como pueblo elegido de Dios y su dedicación a vivir de acuerdo con Su voluntad. Este acto de escribir la ley fue una forma de asegurar que las futuras generaciones también tuvieran acceso a estas instrucciones divinas, fomentando un legado de fidelidad y obediencia.