En esta afirmación, Jesús habla a sus discípulos, confirmando que ya están purificados por las palabras que les ha impartido. Esta purificación no se refiere a la limpieza física, sino a una limpieza espiritual que proviene de comprender y abrazar sus enseñanzas. La palabra 'limpio' significa un estado de estar espiritualmente preparado y alineado con la voluntad de Dios. Las enseñanzas de Jesús tienen el poder de transformar vidas, guiando a los creyentes hacia una relación más profunda con Dios.
El contexto de esta afirmación es importante, ya que se produce durante el discurso de Jesús sobre la vid y los sarmientos, donde enfatiza la necesidad de permanecer en Él para dar fruto. Los discípulos, al aceptar sus palabras, ya están en este camino de fructificación espiritual. Este mensaje es reconfortante y empoderador, recordando a los creyentes que a través de las enseñanzas de Jesús, están equipados para vivir una vida que refleja el amor y la verdad de Dios. Subraya la importancia de comprometerse continuamente con las enseñanzas de Jesús y vivirlas para mantener este estado de limpieza espiritual.