En este versículo, presenciamos el inicio de una profunda interacción entre Dios y Jeremías. La frase "Vino a mí palabra de Jehová" significa una comunicación directa y personal de Dios, enfatizando que Él elige a individuos para misiones y propósitos específicos. Este momento marca el comienzo del llamado profético de Jeremías, ilustrando que Dios está activamente involucrado en los asuntos humanos y se acerca para guiar y dirigir a Su pueblo.
Esta interacción no se limita a Jeremías; refleja una verdad universal sobre la relación de Dios con la humanidad. Dios nos habla, a menudo de maneras que son personales y adaptadas a nuestras circunstancias únicas. Anima a los creyentes a estar atentos y receptivos a la voz de Dios, confiando en que Él tiene un plan y un propósito para cada uno de nosotros. Este versículo nos asegura que no estamos solos en nuestro camino de fe; Dios está con nosotros, guiándonos y equipándonos para las tareas que Él nos encomienda. Nos invita a estar abiertos a la guía divina y a abrazar los roles que Dios nos llama a cumplir en nuestras vidas.