En sus últimos momentos, Jacob reúne a sus hijos para bendecirlos, y José recibe una bendición especialmente rica. Las palabras de Jacob enfatizan la magnitud de las bendiciones que desea para José, comparándolas con las antiguas montañas y colinas. Estas características naturales simbolizan fuerza, estabilidad y atemporalidad, sugiriendo que las bendiciones de José serán duraderas y abundantes. La elección de palabras de Jacob refleja el profundo afecto y respeto que siente por José, quien ha demostrado una notable resiliencia y liderazgo a lo largo de su vida.
José es descrito como un 'príncipe entre sus hermanos', un testimonio de su estatus elevado y el papel único que ha desempeñado dentro de la familia. Esta bendición no solo reconoce los logros pasados de José, sino que también mira hacia un futuro lleno de favor divino y prosperidad. La bendición de Jacob es tanto una expresión personal de amor como una declaración profética de las grandes cosas que vendrán para José y sus descendientes. La imagen de montañas y colinas subraya la vastedad y permanencia de las bendiciones que Jacob imagina para su amado hijo.