El versículo ofrece un registro genealógico de los hijos de Benjamín, quienes forman parte de las doce tribus de Israel. Estos nombres son más que una simple lista; representan el cumplimiento de la promesa de Dios a Abraham de hacer numerosos a sus descendientes. Cada hijo de Benjamín formaría un clan dentro de la tribu, contribuyendo al crecimiento y desarrollo de la nación israelita. Este detalle genealógico es crucial para entender la estructura y la historia de Israel, así como el cumplimiento del pacto de Dios. La mención de estos nombres también sirve como un recordatorio de la importancia de la familia y el linaje en la narrativa bíblica, enfatizando cómo cada generación está conectada al plan divino de Dios. Refleja la continuidad y la fidelidad de Dios en preservar a Su pueblo a través de las generaciones.
Las genealogías en la Biblia a menudo sirven para conectar el pasado con el presente, mostrando cómo las promesas de Dios se transmiten a través de cada generación. Nos recuerdan la interconexión del pueblo de Dios y la importancia del papel de cada individuo en la historia divina. La línea de Benjamín es un testimonio de la naturaleza perdurable del pacto de Dios con Su pueblo.